lunes, septiembre 25, 2006

Vejeces

Bueno, me he incorporado virtual y presencialmente a mis rutinas escolares y, de entrada de curso y al hilo de un texto que trabajamos, les pedí a los alumnos de 1º de Bachillerato que explicasen lo que pensaban acerca de nuestra profesión.
Esta es una pequeña selección del sentir general:

  • Tengo alumnos relativistas, redundantes y de opiniones mudables:

    La enseñanza, desde mi punto de vista como alumna que soy, pienso que no es una profesión fácil. O al menos eso parece. ¿De alto riesgo? Bueno, si lo comparas con los trabajadores que pintan o limpian las fachadas de un séptimo piso, no lo es. Pero verdaderamente, sí que algo de riesgo tiene. Hasta creo que es una de las profesiones más difíciles que hay.

  • También tengo alumnos inconscientes de las trampas del lenguaje

    Los profesores, aparte de su profesión, también son personas, y como tales se les debe un respeto.
    (Queda claro que a esta le pasa conmigo, lo que a mí con las monjas, que tardé años en dilucidar, si además de monjas, eran mujeres y, por ende, personas.)

  • Tengo alumnos alarmistas, pero comprometidos con las reivindicaciones salariales del cuerpo docente.

    Y los compañeros no son los únicos afectados ya que en numerosas ocasiones el profesorado también ha debido aguantar insultos, vejeces (sic) e incluso agresiones. No obstante, esto siempre ha sido así, pero en la actualidad, el número de afectados ha subido notablemente y el de suicidios también ya que antes eran escasos.
    La verdad, nadie tiene como meta sacrificarse toda la vida por un trabajo esclavo que te da un sueldo insuficiente.
    (Las negritas son mías)

  • Tengo alumnos más alarmistas todavía:

    Si yo fuera profesor del IES ***********, me pondría serio con los alumnos desde el primer día porque si no lo haces, pueden pasar dos cosas, que tengas mucha suerte y que te toquen alumnos buenos que no te pondrán ningún problema o que no tengas tanta suerte y te toque algún “liante”, lo pases muy mal y llegues a desear no haber nacido.

  • También tengo alumnos listos

    Algunos empiezan a ponerse nerviosos. No hablo de los alumnos, que unas veces son víctimas, pero que otras se convierten también en verdugos. Son más bien los profesores, especialmente los de secundaria, los que tienen motivos de sobra para sentirse intranquilos. Y es que con el inicio del curso, de nuevo tendrán que soportar la enorme carga que supone ejercer la responsabilidad docente.

    La incorporación de nuevas tecnologías, la problemática social, la diversidad en las aulas, la responsabilidad, etc, son algunas causas que han llevado a los trabajadores del sector docente a realizar un gran esfuerzo de adaptación a los cambios escolares que implica un cierto grado de estrés, provocando anomalías en su salud física y mental. El deber de realizar bien el trabajo también supone un tipo de presión para el profesional docente. Está en sus manos la formación de una generación futura de nuestra sociedad. Su tarea, aparte de transmitir sus conceptos e ideas, es la de formar un grupo de población humanamente correcta.

    Ante una sociedad tan competitiva, el personal docente debe adaptarse a las nuevas tecnologías, a nuevos métodos y profundizar aún más en sus conocimientos, es decir, deben renovarse constantemente. Sólo de esta forma se puede obtener una enseñanza de calidad en beneficio de todos.

Para concluir, yo tendría que quedarme con algo de lo que dicen mis dilectos discentes. Aquí voy a obviar la sensatez de mi educadísimo y listo alumno chino, aunque lo de las “anomalías” me gusta bastante. Lo que elijo, señores, es el acierto involuntario de mi alumna tremendista, a la par que futura sindicalista: esta profesión nos trae vejeces. ¿Acaso hay algún otro oficio con el tiempo tan medido, tan contabilizado y que tenga como cliente a un sector de la población que, entre otras cosas, es una referencia temporal con piernas? Semanas, meses, trimestres, años académicos, trienios, sexenios… Y tú, cada curso, un año mayor que tus alumnos y, lo que es peor, acercándote o sobrepasando la edad de sus padres. Definitivamente deprimente. Deberíamos tener un plus por este exceso de constancia del tiempo que pasa. Feliz septiembre.

ADDENDUM

Viene este añadido a ratificar que mi alumno chino, no es que sea listo, es que es listísimo. Estaba yo mosca porque su nivel de expresión es habitualmente excelente, pero ese comienzo tan retórico no cuadraba con su estilo. Siguiendo mi intuición, he consultado con el oráculo... y he aquí de dónde lo ha sacado. Yo soy aún más lista, pero seré buena, lo humillaré lo justo; después de todo, se ha documentado y domina el copypast.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien, Julieta, vuelves en plena forma pese a ser lunes y haber dedicado el fin de semana a componer poemas.
Tu alumno chino me ha dejado impresionada, en mi instituto no hay bachillerato y hace cuatro años que se fue mi Enrique, que va a ser político y que hablaba como un libro. Desde entonces he tenido sequía intelectual, aunque este año tengo un tercerito que me va a dar algunas alegrías académicas, es decir, que no terminaré de corregir derramando lágrimas amargas y con el boli rojo en la reserva.
Lo de "nadie tiene como meta sacrificarse toda la vida por un trabajo esclavo que te da un sueldo insuficiente" tampoco tiene desperdicio.

Anónimo dijo...

I don't know, je ne sais pas... No lo sé...
Me pusiste a reflexionar Julieta... Hay un relativismo extraño en ésta profesión, ( o por lo menos a mi me pasa eso), en la que me gusta jugar a dos bandas. Por un lado está el hecho de que me siento joven a medida que pasa el tiempo. En lo único que no lo noto es cuando nos da por jugar futbol contra los muchachos. Ahí se da uno cuenta que las carreras de futbolista son cortas (Las de maestro no), pero casualmente entre mas tiempo mas listo uno , la experiencia te indica cuando te hacen trampa por ejemplo. A eso le llaman sabiduría que no es otra cosa que experiencia + intuición. El otro día me dio por entrar a un bar en donde daban rock un tanto retro, como de mis tiempos – no tan lejanos aclaro – y resultó que me pareció muy lenta la música (Phill Collins como muy pop… no sé), y me fui a uno actual, y ví videos de Green day, Korn y toda esa música que les gusta a ellos y bueno, me sentí mas identificado con lo último. Saque una conclusión: Uno se vuelve viejo cuando se queda en una sola clase de música. Hay que abarcar todo el espectro. Que no se quede uno congelado como Austin Powers. Lo siento Julio Iglesias… Tu tiempo ya pasó, el nuestro es el que viene. Por otro lado, no te creas. Hay muchachos y muchachas que… como decírtelo… les cuesta tanto cambiar. Son mas ancianos que uno Yu-Yu te lo juro. En lo que si estamos muy de acuerdo es en que el sueldo es miserable, aquí y en la china, si no, que lo diga el profesor Skinner…

En fin. Animo mi Julieta: Te regalo este versito de Charly García, un argentino cronológicamente mas viejo que yo.

Y no voy a ganar
Y no voy a perder
Y no voy a esperar
Y no voy a correr
Soy un típico ser
En la ruta del tentempié.

Saludos del Coco desde Colombia.

Ana Romeo dijo...

"Capeador": el texto está aquí: http://www.materialesdelengua.org/LENGUA/textos/SUSANA%20FORTES-aulas.pdf
Esta es la versión para los de 2º de Bachillerato del año pasado. Solemos colocar en nuestra página de materiales los textos que usamos en el aula, aunque ahora los estamos ubicando en el aula virtual.
En cuanto a lo de cómo nos ven los alumnos; aun los de bachillerato tienen todavía esa mirada infantil incapaz de extrapolar a los que les rodean fuera de su definición más inmediata: su madre es su madre, su padre, su padre, yo soy la de castellano y sólo ellos y sus amigos son seres multifacéticos y con muchas vidas.
Ese es un factor que nos rejuvenece; en su definición, su madre es una adulta y, puesto que tú no eres su madre, entras en una esfera de edad indefinida. Pero igual de cerrada. Ayer hoy y me figuro que siempre, los más pequeños siguen interrumpiendo la clase para decir: "Seño, ayer..., la vi andando por la calle". Y yo sigo contestando: "Sí, hija mía, a veces..., hasta salgo del instituto".
Gracias por el poema colombiano, Coco, como estamos con Cien años de soledad, mentamos mucho tu tierra últimamente.
Saludos a Elisa, ya ves que trabajos trae tener alumnos listos.

María José Reina dijo...

Hola Julieta, cómo se nota que te han sentado bien las vacaciones, vienes con fuerzas renovadas.
No se me había ocurrido nunca plantear una redacción sobre este tema, pero como estamos de reflexión, de Gestalt, de mirarse al espejo de la docencia, pues la voy a proponer yo también a mis alumnos, a ver qué sale.

María José Reina dijo...

Gracias por el enlace

Anónimo dijo...

Pues yo, como profesor que soy, no sé todavía si soy persona, animal o cosa, en cualquier caso, soy pobre.

Anónimo dijo...

Gracia por volver, como siempre me rio mucho contigo. Te copio la idea para una redacción de inglés cuando vuelva a dar bachillerato.

En cuanto tenga un momento actualizo tu link (tengo mi ordenador en la UVI en este momento).

Te ha salido una lectora virtual, Pepita Trashorras.

Un beso.

Ana Romeo dijo...

Saludos a Civilis, a la pobre Pepita y a su mestre.